Hay muchas personas creyentes, especialmente seglares, que buscan una vida espiritual con hondura, pero que no las aleje del contexto normal en que se mueven. No pueden permitirse el lujo de retirarse de su familia y responsabilidades, aunque hacen lo posible por estar a solas algunas horas o días de cuando en cuando. Participan en la eucaristía dominical con gran sentido eclesial, en los acontecimientos en clave de fe, procuran traducir en su vida cotidiana la Palabra de Dios... A ellas se dirigen estas páginas para algo tan sencillo, tan tradicional y tan actual como alimentarse de las lecturas del domingo. Pero no se trata de una lectura preparatoria de pasada para celebrar mejor la eucaristía, sino de un esfuerzo serio por escuchar la Palabra en oración.